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عضو ذهبي
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En 1872 Charles Darwin publicó La expresión de las emociones en el hombre y los animales donde trata del origen del hombre y también de las emociones. Darwin describió las similitudes entre las expresiones humanas y las de otras especies, aportó argumentos acerca del posible origen de algunas expresiones faciales y corporales y hasta realizó una encuesta entre misioneros que vivían en otras culturas para investigar si la expresión de las emociones era universal y ocurría de forma similar en todas las poblaciones humanas. Su conclusión, que se mantiene hoy en día, es que algunas expresiones son universales mientras que otras son más variables. Sin embargo, durante unos 100 años nadie se preocupó mucho de continuar esta vía y las emociones quedaron olvidadas hasta la aparición a partir de los años 60 del siglo pasado de las obras de autores como Plutchik ( 1962), Tomkins (1962,1963) o los trabajos más conocidos de Paul Ekman ( 1972,1992). Estos primeros trabajos evolucionistas fueron luego complementados por teorías más actualizadas ( Barrett y Campos,1987; Ekman& Davidson,1994; Tooby & Cosmides, 1990) así como por estudios etológicos ( Eibl-Eibesfeldt,1989; Krebs and Davies,1993) y análisis filosóficos ( Wright,1971) conformándose con todo ello un acercamiento evolucionista a las emociones que vamos a intentar resumir siguiendo principalmente a Keltner y cols. (2006). Este enfoque evolucionista de las emociones se guía por unos pocos principios generales y creemos que es de especial interés para los psiquiatras si tenemos en cuenta que la mayoría de los trastornos mentales son trastornos de las emociones ( T. de ansiedad, depresión, celotipia…) Las Emociones tienen funciones Lo primero que hizo el enfoque evolucionista fue redefinir lo que es una emoción. Las emociones habían sido consideradas hasta entonces como unos estados disruptivos que alteraban el organismo y que debían ser dominadas y controladas por el pensamiento racional. Los evolucionistas, por el contrario, plantean que las emociones cumplen unas funciones que permiten al individuo responder de modo efectivo tanto a los desafíos como a las oportunidades que le plantea el entorno. La ira es un conjunto de respuestas coordinadas que ayuda a restaurar una relaciones justas. La vergüenza, además de conllevar rubor y un deseo de esconderse, es una forma de apaciguamiento de una persona superior en estatus. Las emociones muestran todos los ingredientes de lo que en términos evolucionistas se denomina una adaptación, es decir, un conjunto de respuestas eficaces y coordinadas que ayudan al organismo a reproducirse, proteger su prole, mantener alianzas y evitar amenazas físicas. Este énfasis en la función ha permitido dirigir el campo de estudio desde las emociones más básicas ( miedo, ira o cólera, alegría, tristeza, asco y sorpresa) hacia emociones más sociales como la compasión, la gratitud, el amor, la admiración, etc. Los autores ( p.ej., Tooby & Cosmides, 1990) han analizado la forma en que cada emoción está diseñada para responder a un desafío concreto para la supervivencia o la reproducción que se ha presentado en situaciones específicas que han sido recurrentes a lo largo de la historia evolucionista. Podemos decir entonces que las emociones son el software o los programas de la mente. De la misma manera que diferentes programas permiten que un ordenador realice diferentes tareas como escribir, calcular o dibujar, las diversas emociones ajustan el cuerpo y la mente para enfrentarse a las correspondientes situaciones. Las Emociones aumentan el éxito reproductivo El enfoque evolucionista permite responder a preguntas del tipo: “¿Por qué tenemos emociones?” que hace referencia a la causa última de una característica, órgano o conducta. En Medicina, y por lo tanto en Psiquiatría, estamos más interesados en las causas próximas o inmediatas que producen una enfermedad o trastorno, pero el enfoque evolucionista, útil también en Medicina, nos explica por qué existen rasgos o características que nos hacen vulnerables a la enfermedad. Se trata más de vulnerabilidades de la especie y no tanto de individuos o pacientes concretos. El cuadro que nos pintan los evolucionista de nuestra especie es el de una criatura ultrasocial en la que las emociones cumplen fundamentalmente una función social. La vida en grupo, que ha sido una característica de nuestra especie durante millones de años, ofrece una serie de ventajas evidentes como mayor eficacia en la provisión de comida, mejor defensa frente a los depredadores y en el crecimiento de la descendencia. Pero, a la vez, la vida en grupo plantea nuevos problemas que requieren la coordinación de los miembros del grupo. Las personas buscan pareja, se reproducen, crían a los hijos, evitan a los depredadores, recogen comida y se mantienen calientes dentro de complejas relaciones a largo plazo. Las emociones son un componente crítico del desarrollo y mantenimiento de estos vínculos. El enfoque funcionalista social reconoce que ciertas emociones como el miedo, la vergüenza, o la culpa, ayudan al individuo a responder de forma adaptativa a las amenazas del medio social. Es importante tener presente que no sólo las amenazas, sino también las oportunidades que ofrecen el entorno son decisivas para modelar las emociones. Aparentemente el coste de perder una oportunidad ( digamos de encontrar pareja) parece muy inferior al de un ataque contra la supervivencia o una agresión física que suponga graves heridas o secuelas. Pero no hay que olvidar que diferencias de un 1% en el éxito reproductivo explican toda la evolución de la historia de la Tierra si nos damos cuenta del impacto que esa pequeña diferencia conlleva al de millones de años. Para enfrentarse a estos problemas y oportunidades los humanos hemos desarrollado unos complejos sistemas. Cada sistema está organizado de acuerdo a un objetivo específico ( p.ej., proteger a la prole o mantener una alianza de cooperación) y consta de procesos perceptivos específicos, procesos cognitivos, actividad del sistema nervioso central y autonómico, así como de respuestas conductuales tanto reflejas como intencionales. Por ejemplo, los humanos forman relaciones reproductivas con la ayuda de un sistema de apego ( Bowlby, 1969). Este sistema de apego implica sensibilidades perceptuales hacia potenciales parejas, representaciones de las relaciones, actividad y hormonal correspondiente a una conducta afiliativa, sexual e íntima, rutinas conductuales como flirteo, cortejo y emociones específicas como luego vamos a ver. Conviene tener presente que las emociones no son útiles o inútiles más que en relación a ciertas situaciones. Por ejemplo, los individuos que responden con pánico a una amenaza para la vida tienen una ventaja adaptativa. Sin embargo los individuos que reaccionan ante una oportunidad de emparejamiento con pánico no la tienen…, ¡en esa situación deberían responder con otra emoción totalmente diferente! Dentro de cada sistema las emociones cumplen dos funciones generales. Primero, nos señalan que una acción es necesaria, bien porque ha ocurrido una desviación con respecto al estado ideal de relaciones sociales o bien porque ha surgido una oportunidad. Una vez activada, la percepción ligada a la emoción interrumpe nuestros procesos cognitivos y dirige nuestro procesamiento de la información hacia las características del medio social que nos van a permitir restablecer o iniciar una relación deseable. Segundo, las emociones motivan conductas que establecen ( o restablecen) unas condiciones más ideales de relaciones sociales. Las emociones conllevan actividades hormonales y del sistema nervioso central y autonómico que están ajustadas a determinadas acciones como luchar, copular, confortar o señalar dominancia. Asimismo estas emociones implican comunicación vocal, facial y postural que ofrece información rápida y fiable a los demás, sobre lo que vamos a hacer, nuestras intenciones, etc. Las emociones permiten por lo tanto, los compromisos sociales. Las largas relaciones sociales que son fundamentales para nuestra supervivencia- vínculos de pareja, vínculos padres-hijos, alianzas cooperativas, pertenencia a grupos- requieren dedicar costosos recursos a los demás así como evitar conductas egoístas que podrían dañar a los compañeros sociales. Las emociones ayudan a resolver estos problemas de compromiso de dos maneras. Por un lado las emociones promueven cursos de acción que refuerzan los vínculos a largo plazo como el compromiso de pareja o la conducta de altruismo recíproco. Por otro lado, las emociones sirven para señalar a los demás nuestro compromiso a largo plazo. Por ejemplo, manifestaciones de amor y gratitud son indicadores fiables y buscados de compromiso de pareja o de cooperación respectivamente Bibliografia Barrett, K.C.,& Campos J.J.(1987). Perspectives on emotional development II: A funcionalist approach to emotions. In J.D. Osofsky ( Ed), Handbook of infant development ( 2nd ed., pp.558-578). New York:Wiley Darwin, C. The Expression of Emotion in Man and Animals. John Murray. London, 1872. Bowlby,J. (1969). Attachment.New York:Basic Books De Waal,F.B.M.(1996) Good Natured.Cambridge,Mass:Harvard University Press Eibl-Eibesfeldt,I.(1989) Human ethology. New York:Aldine de Gruyter. Ekman,P.(1972). Universals and cultural differences in facial expressions of emotion. In J.Cole (Ed), Nebraska Symposium on Motivation,1971 (pp.207-283). Lincoln:University of Nebraska Press Ekman, P. (1992). Are there basic emotions? Psychological Review,99,550-553 Ekman, P.,& Davidson, R.J.(1994) The Nature of Emotion. New York:Oxford University Press Keltner, D.,&Haidt,J.(2001). Social functions of emotions. In T.Mayne & G.A. Bonnano (Eds.) Emotions: Current issues and future directions. New York:Guildford Press. (pp.192-213) Keltner,D., Haidt, J., & Shiota, L. (2006). Social Functionalism and the Evolution of Emotions. In M. Schaller, D.Kendrick, & J. Simpson (Eds.)Evolution and Social Psychology pp.115-142. Krebs,J.R., & Davies, N.B.(1993) An Introduction to Behavioral Ecology. Oxford,UK:Blackwell Ledoux, J. (1996) The Emotional Brain. New York:Oxford University Press Nesse, R.M.(2005a) Twelve crucial points about emotions, evolution and mental disorders. Psychological Review 11(4) 12-14 Nesse, R.M.(2005b) Natural Selection and the regulation of defenses: a signal detection analysis of the smoke detector principle. Evolution and Human Behavior Plutchik,R.(1962) The emotions: Facts, theories, and a new model. New York:Random House Tomkins, S.S.(1962) Affect, imagery, consciousness (Vol.1,The positive affects, New York:Springer Tomkins, S.S. (1963)Affect, imagery, consciousness (Vol.2,The negative affects, New York:Springer Tooby,J.,& Cosmides, L.(1990) The past explains the present: Emotional adaptations and the structure of ancestral environments. Ethology and Sociobiology,11,375-424 Wright,L. (1973). Functions. Philosophical Review, 82,139-168 Leer más, aquí |
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